El verano está cerca, el buen tiempo y el aumento de las horas de sol invitan a la práctica de ejercicio después de meses de inactividad.
Además, es el momento de quitar esos kilitos de más para lucir palmito en la playa.
Los gimnasios se llenan y las dietas se amontonan en los imanes de la nevera. Los paseos marítimos y parques de nuestras ciudades son invadidas por un reguero de corredores equipados de medias compresivas, auriculares, GPS, móviles que cuentan calorías,zapatillas de última generación y hasta camisetas y mallas con tecnología espacial…
Las carreras populares, duatlones, triatlones y trails se llenan de participantes y se agotan las inscripciones en minutos, como en un concierto de los Rolling Stones… y es que el ejercicio está de moda y con la llegada de la primavera todo son prisas para ponerse en forma y enfundarse el bañador de tendencia.
Después de una entrada un tanto exagerada sobre “la operación bikini”, les voy a enumerar las lesiones más frecuentes que tiene lugar en estas fechas:
Periostitis tibial
Inflamación de la parte más superficial de la tibia, la cortical o periostio del hueso. En ella se encuentra toda la inervación sensitiva y se insertan los músculos que mueven el tobillo como el soleo y el tibial posterior.
Se trata de un dolor quemante en la “espinilla” que se irradia a toda la pierna cuando el paciente corre.
Se produce por una excesiva tensión del tibial posterior que tracciona de su inserción en el periostio,produciendo dolor e inflamación en la zona.
El dolor suele ser bilateral.
En los casos más graves se pueden incluso fisurar la tibia por estrés.
Suelen asociarse a varias causas:
-Uso de calzado inapropiado.
-Cambio del calzado de invierno por el de verano y uso de sandalias.
-Mala técnica de carrera.
-Inicio deportivo muy intenso.
Normalmente el perfil del paciente con periostitis suele ser una persona que siempre ha hecho deporte pero lo ha dejado durante un tiempo. Al retomar la actividad física (carrera normalmente) a pesar de tener unos kilos de más recupera muy rápido su forma planteándose objetivos físicos muy por encima de sus posibilidades, como correr por primera vez una media maratón entrenando solo un par de meses.
Es entonces cuando irrumpe el dolor de forma brusca y le impide seguir corriendo.
Cuando valoramos al paciente, se aprecian unas pantorrillas muy desarrolladas y presenta dolor intenso a la palpación del tibial posterior, músculo situado muy profundo justo debajo de los gemelos.
Cuando pedimos al paciente que corra, suele hacerlo dando saltitos y levantando mucho los talones hacia atrás y suele llevar el centro de gravedad muy adelantado haciendo garra con los dedos al pisar, generando mucha tensión en toda la musculatura flexora plantar del pie (gemelos, sóleo, delgado plantar y tibial posterior).
El tratamiento consiste en estiramientos y masaje de la musculatura afectada y aplicación de hielo los primeros días acompañado de reposo deportivo.
También se pueden realizar vendajes funcionales y aplicar bandas de kinesiotape para aliviar el dolor y mantener una buena funcionalidad.
Cuando ha desaparecido el dolor se recomienda que comience a correr en cinta para mejorar su técnica de carrera si es posible con un espejo cerca y la asistencia de un experto en la materia.
El aprendizaje de una buena técnica de carrera y él equilibrará la musculatura y evitará la reaparición de la lesión a la vez que el planteamiento de unos objetivos deportivos asequibles.
Calambres, sobrecargas y roturas musculares.
Enumeradas así no por capricho, si no atendiendo a la acumulación de fatiga que es capaz de soportar el músculo.
-El calambre muscular:
Es una contracción involuntaria de un músculo. Es muy dolorosa y suele durar varios segundos.
Puede deberse a una falta de sales minerales que alteran la transmisión nerviosa de la placa motora muscular produciendo espasmos musculares descontrolados. Esto sucede cuando el deportista no se ha hidratado bien y no ha repuesto las sales minerales durante el ejercicio.
Otra causa de los calambres es la fatiga muscular. Cuando el músculo se cansa empieza a funcionar mal y este se contrae produciendo dolor, avisando así de que necesita descansar.
El tratamiento consiste además de reponer agua y sales minerales, en aplicar hielo y recibir una sesión de estiramientos por un fisioterapeuta y hacer reposo deportivo mientras persistan las molestias que normalmente pasan en un par de días.
-Sobrecarga o contractura:
Es un cordón doloroso fácilmente palpable en el vientre muscular. Sucede por fatiga y sobreentrenamiento.
Suele ser el paso siguiente a los calambres cuando no se ha descansado lo suficiente.
Parte del músculo se bloquea avisando de su fatiga y mal funcionamiento. El paciente empieza a compensar usando otros músculos cambiando así el gesto deportivo ocasionando más sobrecargas musculares ya que el cuerpo no está funcionando de forma equilibrada.
El tratamiento consiste en reequilibrar de todo el sistema musculoesquelético por un osteópata que mediante estiramientos, manipulaciones y masaje ayude al organismo a recuperarse.
Cuando aparece una sobrecarga o contractura todo el sistema está afectado por lo que es necesario, además de masajear y estirar la contractura, un tratamiento global para evitar recaídas.
En las primeras horas la aplicación de hielo alivia el dolor. Pasadas 24 – 48 horas podemos aplicar calor seco.
El tratamiento se complementa aplicando bandas de kinesiotape colocadas sobre los músculos afectados para mejorar su función y aliviar su tensión.
-Rotura muscular:
Es un fallo total del músculo produciéndose como su nombre indica una rotura de sus fibras. Se produce de forma súbita provocando dolor e impotencia funcional así como sangrado y entumecimiento de la zona. Cuando la rotura es muy grande se aprecia a simple vista el “hachazo” en la zona acompañado de un engrosamiento distal del vientre muscular roto.
Los casos más graves necesitan ser intervenidos quirúrgicamente para suturar el músculo en quirófano.
Se produce normalmente cuando el deportista continúa haciendo ejercicio a pesar de tener sobrecargas musculares.
El paciente cambia el gesto deportivo buscando posiciones menos dolorosas lo que genera aún más tensión muscular hasta que se produce la rotura.
Es necesario acudir al servicio de urgencias para confirmar el alcance de la lesión, normalmente mediante una ecografía.
El tratamiento inicial consiste en reposo y vendaje compresivo hasta que cicatrice la lesión y elevación del miembro afectado para favorecer el drenaje y evitar el edema.
Dependiendo del alcance de la lesión, son necesarios un mínimo de 21 días para que el músculo cicatrice, proceso que se puede verificar mediante ecografías periódicas.
Antes de las 3 semanas, el tratamiento consiste en masaje depletivo para mejorar la circulación y favorecer la reabsorción del edema y la aplicación de vendajes y kinesiotape sobre la rotura para aliviar el dolor.
Después de las 3 semanas se puede realizar masaje de amasamiento sin dolor y cercano a la cicatriz para flexibilizar la zona.
Se empezará también con los ejercicios guiados por el fisioterapeuta.
Es muy importante la realización de ejercicios excéntricos para alinear las fibras musculares respetando en todo momento el dolor del paciente.
Pasadas unas semanas cuando la contracción muscular ya no sea dolorosa se comenzarán con los ejercicios de equilibrio, destreza y propiocepción para pasar poco a poco al acercamiento hacia el gesto deportivo.
Durante el proceso de recuperación sería conveniente realizar al paciente ajustes globales por parte de un osteópata ayudando al cuerpo a recuperar su equilibrio.
Tendinitis
Inflamación de un tendón que produce dolor e impotencia funcional. El tendón es la estructura encargada de sujetar los músculos a los huesos.
Por su composición, fundamentalmente colágeno y elastina, los tendones poseen cierto grado de elasticidad a la vez queson muy resistentes para soportar la fuerza que ejercen sobre ellos los músculos.
Las tendinitis son sobrecargas del tendón producidas por movimientos repetitivos tanto en el ámbito laboral como en el deportivo.
Cuando estamos cansados o no dominamos correctamente una disciplina deportiva unos músculos trabajan más de otros produciéndose una sobrecarga que por repetición puede generar una tendinitis.
Pautas para prevenir la aparición de lesiones:
-Evitar hacer ejercicio cuando estamos muy cansados. Seguro que lo haremos mal con un potencial riesgo de lesión.
-El deporte necesita de toda nuestra atención. Las preocupaciones y falta de concentración son causa de muchas lesiones deportivas.
-Aprender bien la técnica es un seguro para mantenernos sanos y disfrutar de nuestro deporte favorito.
-Aplicar el sentido común cuando hacemos ejercicio es fundamental. Comenzar de forma progresiva permitiendo al cuerpo una adaptación progresiva al esfuerzo.
El tratamiento de una tendinitis depende del tiempo de evolución y del estado físico del paciente.
Caso clínico
Paciente de 37 años de edad que sale a correr 3 veces por semana con dolor en el tendón de Aquiles de su pierna derecha.
Primero se explora al paciente y se realiza un tratamiento general osteopático para equilibrar las posibles compensaciones.
Consiste en desbloquear mediante manipulaciones posibles fijaciones en tobillos, rodillas, cintura y espalda a la vez que se estiran los músculos sobrecargados.
Por último se trata el tendón mediante técnicas de relajación del tejido y masaje.
Se puede aplicar un kinesiotape para disminuir la tensión sobre toda la banda tendinosa.
Se le recomienda al paciente reposo deportivo durante la primera semana.
Cuando el dolor mejora, se trabaja con el paciente el gesto deportivo y la tonificación. Se le enseñan ejercicios sencillos de técnica de carrera como caminar de puntillas de talones y equilibrios a pata coja. Es fundamental el trabajo de la musculatura en contracción excéntrica ayudado por el terapeuta.
Durante todo el tratamiento se continúan con los estiramientos y el masaje sobre el tendón.
A las 2 semanas se le recomienda al paciente que comience con la carrera con las siguientes pautas:
-Andar y correr los primeros días.
-En la fase de carrera quitarse las zapatillas y correrunos metros descalzo por una superficie lisa y dura.
Esto estimulara los receptores de equilibrio y los mecanoreceptores ajustando automáticamente la carrera de un modo natural. Cuando el paciente note el cambio postural producido en la carrera pasados unos metros descalzo, se vuelve a poner las zapatilas e intenta reproducir el mismo patrón de carrera. Así varias veces hasta que consolide su técnica.