Debido a los cambios hormonales en esta etapa de la vida, aparecen con frecuencia problemas en el sostén de las vísceras pélvicas, si a esto le sumamos la ganancia de peso y la debilidad muscular la probabilidad de sufrir disfunciones de suelo pélvico como incontinencia urinaria y prolapso aumenta.

La disminución de los estrógenos afecta a los tejidos vaginales, que pierden colágeno y elastina y ven reducida su elasticidad. Hay adelgazamiento de las paredes de la vagina, que se hacen frágiles, existe también una disminución del flujo sanguíneo en la zona y falta de lubricación. Todo esto se denomina atrofia vulvovaginal y se traducen en sequedad vaginal y dolor en las relaciones sexuales. Además, aparece una disminución del tono muscular, especialmente en la región abdominal y pélvica.

Mi consejo: ¡busca ayuda de profesionales especializados y ponte manos a la obra!

• Realiza Ejercicios de Kegel, se pierde masa muscular, tu suelo pélvico estará más débil y necesitas reforzarlo.

• Biofeedback para la toma de conciencia del Suelo Pélvico.

• Masaje Perineal para elastificar la musculatura perineal.

• Incluye entrenamiento de la zona abdominal para trabajar la estabilidad lumbo-pélvica y el equilibrio. Te irá genial la Gimnasia Abdominal Hipopresiva.

• Para mejorar tus relaciones sexuales no olvides los preliminares y usa lubricantes de base acuosa.

• Los orgasmos permiten una vagina y un suelo pélvico saludables, si es necesario mastúrbate.

• Evita el estrés, tabaco, alcohol y los hábitos poco saludables, come bien e hidrátate.