En ocasiones, se producen encuentros en la clínica que te hacen seguir amando tu vocación y agradeciendo el tener en tus manos la posibilidad de ayudar a las personas. Esto, no es más que un agradecimiento a una de esas personas.

  • En Buenas Manos, ¿Dígame?

  • Buenos días, quería hacerle una consulta sobre mi abuela…

Así fue como conocí a Adela y a su nieta Yohana.

Una mujer que por lo que me contaba su nieta por teléfono, era muy fuerte e independiente y se había hecho daño, nada más y nada menos, que desmontando unas persianas subida a una escalera.

Pero que fue, ¡atención! después de limpiar la persiana en el patio y volver a subirse en la escalera a colocarla, cuando ya se acabó de fastidiar la cosa.

Y claro, -decía su nieta- “Mi abuela no es de estar parada y está desesperada porque, aunque tiene 80 años y…”

Por un momento dejé de escuchar lo que me decía Yohana y empecé a imaginarme a esa mujer subida en una escalera con un persianón de tablillas de las antiguas a hombros.

“¡Pero, pero…cuénteme por favor, con todo detalle cómo se encuentra su abuela y que síntomas tiene! “ Y así, continuamos un ratito hablando hasta que después de aconsejarle unas medidas terapéuticas y unos pasos a seguir en la evolución de su dolor, pasados unos días,  pude conocer en la consulta, a la señora Adela.

Su nieta se quedó corta al describirme la fuerza vital de su abuela, pero ahora era su cuerpo el que acusaba el desgaste de una vida intensa, llevada con determinación y no así su mente, despierta e inquieta de mirada vivaz y curiosa.

Gracias Adela por darme la oportunidad de conocerte.

 

“Hola que tal, soy Yohana la nieta de Adela, me ha contado cómo usted se portó con ella y no podemos estar más agradecidos. Es usted muy profesional, no le quepa duda que volveremos a su consulta ya no por mi abuela si no por mí que tengo la espalda muy mal y sufro de migrañas y vértigos y toda la familia si hace falta, estamos muy contentos, ya que personas así pocas quedan por no decir ninguna. Me comenta mi abuela que está tan agradecida que si aceptaría llevarle a su consulta una bandeja de pasteles”